En la elaboración de un peritaje por humedades originadas en cubiertas y tejados, son habituales una serie de elementos muy característicos originarios de los daños. En este artículo me dedico a relacionar las 5 causas de humedades con origen en cubiertas y tejados mas comunes y por las que generalmente, la elaboración de un peritaje suele esclarecer el origen y la solución.
Son varias las lesiones que afectan al conjunto general en el buen uso y estado en las comunidades de vecinos. Cada cierto periodo de tiempo deben realizarse una serie de actuaciones preventivas ante este tipo de patologías. Una de ellas, es la falta de mantenimiento correctivo a lo referido a terrazas, cubiertas y tejados comunitarios. En época estival y con la llegada del buen tiempo, son muchas las comunidades de vecinos, que aprovechan para llevar a cabo medidas correctoras en cubiertas. A lo largo de este artículo, me limito a relacionar una serie de recomendaciones para ello, siempre teniendo en cuenta mi experiencia a la hora de elaborar peritajes especializados en humedades y casos reales en los que me he encontrado.
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Humedades por rotura de baldosas y falta de rejuntado en cubiertas y tejados
Una de las 5 causas mas habituales de humedades con origen en cubiertas y tejados, es la rotura de baldosas exteriores de las que están provistas. Roturas muchas veces producidas de manera accidental o por el propio paso del tiempo que afectan al estado natural de la baldosa. Tan solo un simple desperfecto a modo de grieta o golpe, puede hacer que la baldosa pierda su estado original y deje pasar el paso de agua.
Cabe recordar que este tipo de material suele ser especial y tratado con productos antideslizantes, para un óptimo uso exterior sin ser resbaladizo. Una rotura o grieta, afecta negativamente a su tratamiento, provocando así un posible origen de humedades.
Por otro lado, la falta de mantenimiento y revisión del rejuntado entre baldosas, también es origen habitual de humedades. Con el paso del tiempo y la constante exposición a condiciones climatológicas cambiantes, frío, calor, viento… hace que el rejuntado de la baldosa (pasta de juntas) se vacíe.
Es muy recomendable una revisión anual de este tipo de elementos, causantes en gran medida, de humedades y filtraciones.
Humedades por falta de impermeabilización
Otro elemento, origen de multitud de filtraciones y humedades, es el deterioro de la capa impermeabilizante de la cubierta. Años atrás, este tipo de tratamiento no se instalaba, dejando desprovista la cubierta de ningún elemento que garantizase dicha seguridad ante humedades futuras. Hoy en día hay infinidad de productos dedicados a ello, tela asfáltica, productos químicos, tratamientos geotextiles ect…
Son materiales que ofrecen garantías impermeabilizantes, pero como todo, necesitan de una reposición regular y efectiva. Es recomendable cada 10 años la revisión de la capa impermeabilizante de la cubierta o azotea. Los cambios de temperatura, lluvias, y calor hacen que este tipo de materiales sufran desperfectos y deterioros. En el caso de la tela asfáltica, llega a producirse el llamado «acristalamiento» de la misma, al estar expuesta a altas temperaturas en época de verano.
Llegados a este punto, adquiere un grado de importancia muy importante, la buena ejecución de los trabajos de impermeabilización. Deben realizarse con especial eficacia, por personal cualificado para ello y tomar como referencia los estándares de actuación adecuados, para evitar filtraciones futuras.
Roturas de canalones pluviales y canalizaciones
La rotura de canalones pluviales y canalizaciones de evacuación de aguas es otro aspecto muy a tener en cuenta en el mantenimiento de cubiertas y terrazas. Debe realizarse una limpieza anual de todos aquellos elementos que puedan interferir en el recorrido de agua para su desagüe.
Es muy común la existencia de hojas, piedras, tierra y otros elementos que interrumpen el camino del agua hacia su evacuación. El atasco en cazoletas de sumideros de terrazas, hace que el agua quede estancada, provocando charcos y agua embalsada.
A razón de todo ello, es necesaria una limpieza de este tipo de elementos una vez al año. Generalmente se realizan este tipo de actuaciones, al final del verano, justo antes del inicio de la época de precipitaciones.
Mal estado del tejado
El tejado es una tipo de cubierta inclinada, muy eficaz en aquellos casos en los que está bien realizado. El propio camino que dibujan las tejas, hace que el agua se evacue por caída. El problema radica cuando las tejas están mal instaladas o rotas. Es ahí donde empieza el filtrado de agua con la más que probable aparición de humedades.
Hoy en día, son muchos los profesionales que realizan un tratamiento impermeabilizante justo por debajo del tejado. Así se asegura una correcta ejecución de los trabajos.
En definitiva, un tejado bien realizado y sin ninguna teja rota, garantiza una correcta evacuación de agua por caída. En cambio mal realizado o con tejas rotas, es un foco importante de lesiones y patologías de humedades.
El despegue del borde de la membrana impermeabilizante
Por último y quizás una situación poco habitual pero más de lo que debería serlo, es el despegue del borde de la membrana impermeabilizante. En resumidas cuentas, se refiere al solape del tratamiento de impermeabilización al encuentro con los parámetros verticales de la terraza o cubierta.
Debe realizarse un solape mínimo de 30 cm con los tabiques y paredes verticales, evitando así ninguna filtración en la unión entre paredes y soldado de la cubierta.
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