A veces se nos brindan oportunidades que no podemos dejar pasar. Explicarlas y compartirlas, hace que sean aún más especiales. Esto es lo que quiero hacer en este artículo. Compartir contigo una experiencia, que si bien la afronté como un encargo más, se convirtió en un objetivo apasionante por lo bonito que fue adquirir conocimiento sobre un objeto poco habitual, un caballo de cristal. ¿Cuanto vale un caballo de cristal de Murano?, esa fue la pregunta que me formuló mi cliente.
Como perito tasador, valorar un objeto tan poco común fué sin duda un bonito reto. ¿Quieres saber cómo se desarrolló el peritaje?. Te lo explico brevemente en estas líneas.
La tasación de un caballo de cristal de murano
Para ponernos en situación, hace ya algún tiempo, colaboro puntualmente con una importante empresa de mudanzas y transportes con sede en Mallorca. Cada cierto tiempo, recibo un correo electrónico del propietario de la misma, para encargarme una tasación de muebles o algún objeto que han sufrido daños durante las labores de mudanza que realizan. Esta vez fue diferente. Me llamó directamente y me dijo: «Juan tenemos que vernos, necesito la tasación de un caballo de cristal«.
Al tratarse de un objeto poco común, sabedor que no era precisamente económico y por su tono de voz, mi cliente estaba preocupado. Nos reunimos en su despacho y allí estaba, roto un caballo de cristal de Murano de 72 cm, con trazas de un ligero baño de oro. Se puede uno hacer a la idea del nivel de preocupación de mi cliente.
Durante las labores de transporte de muebles para una mudanza, el caballo había sufrido daños, una de las patas estaba rota por completo y otra parcialmente.
Son objetos de autor, exclusivos y de diferentes volúmenes. Uno de los principales problemas que me encontré fue el tamaño y peso. Son piezas muy cotizadas y en la práctica no hay en el mercado de segunda mano.
Sin más, decidí ponerme manos a la obra. Lo primero era intentar obtener la máxima información posible de este tipo de objetos.
Obtener información para una tasación real y objetiva
Sin duda, para saber cuanto vale un caballo de cristal de Murano, era imprescindible reunir la mayor información al respecto.
Como cualquiera que lea este artículo, lo primero fue realizar consulta online. Saber dónde se realizan este tipo de figuras ( Murano, Italia) y ponerme en contacto con alguna fábrica de vidrios y artesanía fueron los caminos que adopté para la recopilación de información.
¿Sabes que Murano es una isla que se encuentra aproximadamente a 1 kilómetro de la ciudad de Venecia y de aproximadamente 6000 habitantes?
En una de esas fábricas situada en Mallorca, Vidrieras Gordiola S.L, encontré verdaderos profesionales, que me respondieron cada una de las cuestiones que me surgieron, como la posibilidad de reparación, el tratamiento o el desgaste del objeto.
Al tratarse de unos desperfectos muy localizados (en dos de las patas), creía que eran de fácil reparación. Nada más lejos de la realidad. Son figuras únicas e irreparables. Se fabrican de una sola pieza, sin opción a reparación.
El baño de oro interior, se realiza justo en el momento del moldeado de la figura, por lo que el color tenue y aparentemente gastado, era original de fabricación. En ningún caso son figuras expuestas a desgaste y depreciación de materiales.
Peritaje de tasación
Con la información recopilada, pude redactar el informe de tasación. Al tratarse de figuras exclusivas, con firma de autor y sin muestras reales y fiables en el mercado de segunda mano, se me antojaba de cierta complejidad, la obtención del valor real de la misma.
Buscar elementos lo más parecidos al caballo que tenía que tasar, era sin duda, la tarea más difícil. Ni anticuarios ni comercios dedicados a la venta de figuras y elementos decorativos, disponían de un elemento igual.
Por ello y ante la imposibilidad de encontrar en el mercado una figura de este tamaño, opté por valorar y comparar con otras de similares características aunque diferentes tamaños. Para actuar de manera objetiva y justa, tuve en cuenta la diferencia de volumen y peso entre las figuras «muestra», aplicando un valor diferencial entre elementos.
Enlace final
Una vez terminados y entregados mis informes, me gusta establecer cierto contacto con aquellos clientes con los que más afinidad he llegado a tener. Creo firmemente, que la labor de un perito no termina en la entrega del informe. Saber cómo finaliza un procedimiento y conocer si mi peritaje ha servido para ayudar, me hace mejorar día a día. Esta vez no iba a ser una excepción.
Pasados unos meses contacté con mi cliente para saber sí de alguna manera u otra le había servido la tasación realizada. Es muy gratificante saber, que utilizó mi informe como herramienta de negociación con su cliente, llegaron a un acuerdo beneficioso para las dos partes y sobretodo, evitaron una situación que empezaba a enquistarse.
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